martes, 13 de julio de 2010
A mis 38
Sin duda después de mi cumple me vienen varios pensamientos, uno de esos tantos es el paso del tiempo, lo veo en mis hijos, en mi trabajo, en la gente que me rodea, lo veo en mi, el tiempo no pasa sin dejar huella. Ciertamente no es cuestión de sentirse viejo o no, sino de reflexionar después de todos estos años, qué nos queda en el haber, qué fue lo significativo y qué sigue. No es que me ponga a filosofar después de una trasnochada, sino que, ya en el final de los 30, en la recta final hacia la cuarta década este tipo de pensamientos vienen, se intalan y empiezan a ser parte de tu consciencia, y por supuesto se hace presente la típica pregunta; ¿y qué he hecho de bueno para el mundo? por supuesto la mayoría contestamos: existir!. Pero creo que no es suficiente, al menos para mi. Me viene la historia de aquel fotógrafo que a los treinta y tantos decidió dejar lo que hacía (Economía) por dedicarse a la fotografía, y de qué manera, honor a quien honor merece: Sebastiao Salgado. Dejo algunas fotos que me gustan de él. Y por lo pronto me quedo con la interrogante sobre mi quehacer por un mundo más justo.
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