He estado con la mente muy ocupada por imágenes de violencia, y aunque debiera estar más concentrado en mi investigación, me he tomado un par de días para ver otras imágenes que inspiren más mi posición ante este tema que me ha robado, no sólo el tiempo, sino el sueño y la tranquilidad, y más depués de ver las imágnes de la narcoviolencia, tema que mi querida Rossana me sugrió incorporara en mi tesis, y que agradezco pues éstas llevan el tema de la violencia en la imágens más allá de lo que creí se podía llegar.
Por un lado, me impresiona la difusión de estas imágenes en los medios, si bien no soy de aquellos que satanizan a los medios, sí cuestiono la forma en que están desempeñando de su papel, esta imágenes no sólo son ilustrativas en cuanto al acontecimiento que represetan, y ellos deben saberlo, sino también tienen un alto contenido simbólico, muestran el poder de estos grupos: el poder en el hacer, su capacidad organizativa y destructiva, y el poder simbólico, su capacidad en generar sentimientos, imaginarios y sensaciones en el colectivo. Fotografías de escenas que sólo había imaginado en los peores cuentos de terror, que producen miedo, un miedo sutil ante la sensación de inseguridad, un imaginario de nación que sólo vislumbra desastre y descontrol, y para mi una de los grandes sentimientos que me dejan, y razón por la cual hoy me levanté con el propósito de ponerlo en letras, es la deshumanización de la muerte, la increíble forma de romper con la idea de un ser humano, tanto en la expresividad del cadáver, mutilado, humillado y desfigurado, como de ver las posibilidades de la violencia en un ser humano, la perverción y sadísmo de los métodos y formas de terminar con la vida.
Así pues dejo por ahora esta reflexión, sin ganas de terminarla, sino todo lo contrario, dejando el tema para cuando mi estómago esté menos revuelto.
Una imagen muy fuerte que conservo en mi mentecilla (y que preferiría olvidar) es la del cadáver de Beltrán Leyva, con los billetes acomodados. Hay cosas que están más allá de lo informativo y es complicado comprender sus lógicas.
ResponderEliminarEstoy llegando a creer que la perverción del ser humano va más allá de imaginado, bajo pretextos del derecho de la información, el derecho a la expresión y el li bre ejercicio del periodismo. Muerte y placer una vez más.
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