Tras haber vivido un par de semanas en el teatro Degollado, por el montaje de la obra La Expulsión, contar con horas y horas dentro de este recinto tan solemne y tener como fiel compañera y confidente, a mi Nikon P7000, dediqué un poco de mi creatividad y soledad a retratar esos momentos en los que las imágenes brotaban frente a mi. Con la convicción de probar los límites de mi cámara decidí fotografiar, con la función monocromática e ISO 3200, las múltiples escenas del montaje, así como los rincones de Degollado (que todavía no decido mostrar aquí).
Mi idea era, además de documentar este tipo de trabajo que difícilmente se ve, el encontrar composiciones que lograran, tras la armonia de los objetos, escenas que nos remitieran al teatro de años atrás, bajo el abrigo de uno de los directores más reconocidos en el país, Luis de Tavira, y del teatro Degollado espero haberlo logrado, ya me dirán ustedes. Por lo pronto los dejo con algunas de las imágenes.
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